SESIÓN 6

NSA

¿Qué es la violencia?

Para iniciar la violencia se puede entender desde la mirada de Zucal y Noel (2010) y Martínez (2016). como cualquier acción u omisión que al ocurrir genera un daño a una persona, grupo o sector de la sociedad. Existen diferentes formas en que la violencia se puede manifestar ya sea en el ámbito físico, sexual, verbal, no verbal, patrimonial, simbólico o estructural. Para efectos del presente módulo en la tabla 30, se proponen las siguientes definiciones como elementos centrales da la pertinencia de la temática abordada.

Tipos de violencia


Física

Una invasión del espacio físico de la otra persona, que puede hacerse de dos maneras: una es el contacto directo con el cuerpo de la otra persona mediante golpes, empujones y jalones; jalar el cabello, forzarla a tener relaciones sexuales. Es también limitar sus movimientos de diversas formas: encerrarla, provocarle lesiones con armas de fuego o punzo-cortantes, aventarle objetos y producirle la muerte.” (Ramírez, 2000, p. 6). Es también todos aquellos comportamientos como besos y abrazos no consentidos por la persona que los recibe.

Sexual

Es la imposición de conductas y prácticas sexuales no consentidas por la otra(s) persona(s) como:


-Forzar a una persona a tener relaciones sexuales.

-Lastimar a una persona durante cualquier práctica sexual.

-Humillar mediante burlas y críticas no cometidas durante las prácticas sexuales.

-Forzar o manipular a otra persona para utilizar algún tipo de sustancia psicoactiva (como Poppers) durante las prácticas sexuales.

-Obligar a mirar cualquier material pornográfico.

Verbal

Todas aquellas manifestaciones que se realizan por medio de palabras como: insultos, amenazas, apodos, manipulaciones, engaños, piropos, chistes sobre alguna persona o sobre algún sector de la población históricamente discriminado (personas afrodesendientes, personas con discapacidad, personas empobrecidas, personas migrantes, personas LGBTIQA+ entre otras).

No verbal

Todas aquellas manifestaciones violentas que se dan a través de lenguaje corporal, gestos, miradas, señalamientos con el fin de generar un daño hacia otra persona.

Patrimonial

acciones que generan un daño mediante la sustracción, privación y/o destrucción de objetos o bienes patrimoniales. Contempla desde el control del dinero, hasta objetos con un valor económico o un valor sentimental.

Emocional o psicológica

acciones u omisiones que atentan contra la salud mental de una persona, generando afectaciones en áreas como la autoestima, autoconocimiento, seguridad personal, resiliencia, entre otras. Cabe mencionar que todas las otras formas de violencia se explicadas en este cuadro, tienen una repercusión en la salud mental de las personas que la sufren.

Violencias sutiles (“micromachismos”)

En lo que a micromachismos respecta Bonino (1996) construye el concepto partiendo de la palabra micro aludiendo su imperceptibilidad y machismo al perpetuar la subordinación de lo femenino, no obstante, en la actualidad hay un cuestionamiento con respecto al nombre que se le da estas violencias esto porque se presta para la confusión. Bonino (1995) basándose en los micro poderes que plantea Foucault (año) es que plantea su investigación, lamentablemente persiste una mala interpretación al considerar que el micro machismo alude a pequeñas manifestaciones de violencia que no generan una mayor repercusión en las personas que la sufren, siendo todo lo contrario, al ser violencias cotidianas y estar normalizadas atentan contra la integridad las personas sin que muchas veces estas tengan conciencia de ello. Siguiendo con la línea de pensamiento del autor, los micromachismos poseen tres fines centrales que son:


“a) imponer y mantener el dominio y su supuesta superioridad sobre la mujer objeto de la maniobra.

b) reafirmar o recuperar dicho dominio ante una mujer que se “rebela”.

c) resistirse al aumento de poder personal o interpersonal de la mujer con la que se le vincula, y aprovecharse del “trabajo cuidador” de la mujer.” (Bonino, 1995, p.195).

Tipos de Violencias sutiles

Utilitarios

  • No responsabilización sobre lo doméstico.

  • Aprovechamiento y abuso de las capacidades “femeninas “de servicio.

  • Requerimientos abusivos solapados (paternidad).

  • No implicación.

  • Seudoimplicación.

Encubiertos

  • Creación de falta de intimidad.

  • Seudointimidad.

  • Desautorización.

  • Manipulación emocional.


Crisis


  • Paternalismo.

  • Resistencia pasiva y distanciamiento.

  • Promesas y hacer méritos.

  • Victimismo.

  • Darse tiempo.

  • Dar lástima.



Cercitivo

  • Intimidación.

  • Control del dinero.

  • Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del tiempo para sí.

  • Insistencia abusiva.

  • Imposición de intimidad.

  • Toma o abandonos repentinos del mando de la situación.

Violencias y complicidad masculina

El pacto patriarcal es productor de la violencia ejercida por muchos hombres:


Desde niñas/os nos enseñan que los varones deben reconocerse como tales en y a partir de la mirada de otros varones. Se configuran sus expectativas y roles de género a partir del permanente reconocimiento de otros varones y, en muchos casos, eso incluye el despliegue de diferentes formas de violencia hacia sí mismos y hacia otras personas, sobre todo hacia mujeres (Chiodi, Fabbri y Sánchez, 2019, p. 28).


La violencia opera con diferentes matices en hombres que no se definen desde la heterosexualidad. Es necesario reconocer que también muchos de estos hombres son objeto de esta misma violencia, sin embargo es importante apuntar a esas dinámicas que dentro de hombres mayormente homosexuales o bisexuales y pansexuales se producen haciendo alusión a manifestaciones misóginas que siguen justificando, generando y perpetuando la violencia principalmente contra las mujeres. Muchas de estas formas violencias, especialmente aquellas invivibles se producen en gran medida por la falta de responsabilidad afectiva.


¿Qué es la responsabilidad afectiva?

Es la “Conciencia de que todo acto que se realiza dentro de una relación tiene un efecto positivo o negativo en la otra persona. Algunos de sus ejes son el respeto, la honestidad y la empatía.” (Nogués, 2021, p. 184). Retomando el abordaje de la inteligencia emocional y la comunicación asertiva, la responsabilidad afectiva es la aplicación de estas habilidades haciéndose cargo de lo que se piensa, lo que se siente y se hace dentro de un vínculo, ya sea de pareja amistad o cualquier otro. Es importante también retomar las violencias sutiles vistas anteriormente y las siguientes pautas que se proponen a continuación.

1- Mantener la ética relacional como un pilar al momento de vincularse.

Relacionarnos implica encontrarnos: compartir nuestros deseos, ilusiones, nuestra intimidad, nuestro cuerpo, abrirnos a las demás personas. También implica tener diferencias y buscar espacios para llegar a acuerdos, resolver conflictos y acordar qué queremos compartir y qué no. No es una tarea fácil y para ello necesitamos que se den una serie de condiciones, unas reglas de juego mínimas que nos faciliten y nos protejan.

1. Relaciones entre iguales

Igualdad para encontrarnos, disfrutarnos y querernos sin discriminación ni privilegios, independientemente de nuestro sexo, edad, capacidades y creencias. No se trata de ser clones, pero sí de tener los mismos derechos. Que nadie se sienta más ni menos, para que pueda ser él o ella misma y aportar, considerar y sentirse considerado o considerada en sus relaciones.

2. Sinceridad Interpersonal

Decir lo que deseamos, sentimos y pensamos con claridad genera confianza y seguridad para expresar y escuchar, evitando que la manipulación y el engaño formen parte de nuestras relaciones. Los miembros de la pareja han de brindarse una sinceridad básica. Ambos deben saber cuáles son los verdaderos sentimientos de uno hacia el otro y conocer cuál es el grado de compromiso y de expectativa con respecto a la pareja. Cada uno tiene el derecho y el deber de saber y hacer saber qué siente y cuál es su decisión sobre la pareja. Se trata de usar códigos que generen confianza y seguridad. Se trata de evitar el engaño, la manipulación, la instrumentalización o la explotación en las relaciones afectivo-sexuales. No es admisible situar deliberadamente a nuestra pareja en la incertidumbre, en la ambigüedad o el despiste.

3. El placer compartido

En una relación, el placer, la ternura, la comunicación y los afectos se comparten. Cuando tenemos relaciones afectivas y sexuales nos encontramos con otras personas, por lo que los sentimientos, deseos y necesidades de cada una deben ser atendidos. Es importante que las personas implicadas estemos a gusto y satisfechas con la relación. En la relación no estamos solos o solas, estamos con otra persona y nos tenemos que ocupar de ella. Cada persona ha de buscar su placer y su bienestar, así como el placer y el bienestar de su pareja. “El placer del otro me concierne, es mi grata responsabilidad”, y esa atención mutua es una ganancia para ambas personas.

4. Corresponsablidad

Al ser las relaciones cosa de dos (o más) personas, la responsabilidad es compartida. Todas las personas implicadas en una relación somos responsables de disfrutar, hacernos bien, querernos y cuidarnos. Las consecuencias que se deriven de una relación sexual (embarazo, ITS, etc.) deben ser asumidas por las personas que se han relacionado. No se puede legitimar el individualismo que con frecuencia nos lleva a concebir la responsabilidad como un problema de quien no puede evitar las consecuencias, en lugar de como un deber de quienes la producen.

A placer compartido, responsabilidad compartida.

5. Derecho a la desvinculación

Debemos mantener un discurso positivo ante la vinculación afectiva entre las personas y considerarlos como un bien social e individual. Pero igual que defendemos el derecho a la vinculación, debemos reconocer y respetar, sin vacilación, el derecho a la desvinculación. Entendiendo ambas circunstancias como un derecho positivo que no tiene por qué estar sujeto a análisis de culpa o frustración. La relación puede tener sentido sea cual sea su duración. Cualquiera de los miembros puede tomar la decisión de desvincularse de la otra persona. Nadie debería avergonzarse ante la sociedad, la pareja, los hijos e hijas o sí mismo de una decisión que está en su derecho de tomar. Mantener un discurso positivo sobre la vinculación y aceptar el derecho a la desvinculación no sólo es posible, sino que es la única forma de ser coherentes y aceptar que el ser humano es libre y responsable.

2- No incurrir en prácticas como el ghosting y el curving, es importante poder comunicar asertivamente cuando ya no se quiere estar en la vida de otra persona. Seguidamente se explican ambos conceptos.

Ghosting: para Navarro, Larrañaga, Yubero y Víllora (2020), Linne (2022), el término “fantasmearse” proveniente el inglés, ya que refiere aquella práctica donde una persona desaparece la vida de otra sin brindar ninguna explicación, siendo una situación confusa y una forma de jugar con los sentimientos de la otra persona.

Curving: responder de modo breve y distante, sin explicitar que se perdió interés. Esta práctica permite a los que les da culpa ghostear disfrutar de tener personas interesadas en ellos. Curving es ghosting con conciencia de que es políticamente correcto tener responsabilidad afectiva. Dado que en tanto en redes sociales como Instagram, así como en las apps de citas, una parte de usuarios/as buscan experiencias más centradas en el presente y/o algún tipo de intercambio, mientras que otras personas buscan conexión y desarrollar relaciones “profundas” (con o sin exclusividad), existe una continua (Linne, 2022, p.140).

3- Reconocer el consentimiento como un pilar de todo vínculo, haciendo énfasis en el consentimiento sexual, en la tabla 33 se amplía esta información.

El consentimiento es

  • Libre: Sin manipulación, presión, amenazas o influencias externas.

  • Específico: Recae sobre una acción

  • determinada y no implica consentir a otra acción.

  • Reversible: Puede retirarse en cualquier momento.

  • Informado: Sólo se configura si la persona tiene toda la información sobre el acto sexual a realizar.

  • Entusiasta: Corresponde a declarar explícitamente si deseas realizar un acto sexual


El consentimiento NO es

  • Viciado: Otorgado en un estado de inconsciencia, en el marco de una relación de poder o bajo la influencia de alcohol o drogas

  • General: El consentimiento no abarca cualquier acto sexual, sino uno en específico.

  • Permanente: Puedes otorgar tu consentimiento

  • en un momento determinado y retirarlo cuando lo desees.

  • Equívoco: No se puede consentir a realizar un acto sexual sin saber exactamente qué implica.

  • Pasivo: El silencio y las señales imprecisas no son consentimiento.


4- Expresar claramente lo que siente y piensa.

Identificar las emociones es el primer paso para encontrar para encontrar el motivo que las está originando y desde el racionamiento tramitar asertiva mente como comunicarlo. En este punto es importante retomar la comunicación asertiva vista anteriormente.